CÁTEDRA DE LA PAZ

          VALOR DE LA COMUNICACIÓN

    LUNES 31 DE AGOSTO 

                                          TODO POR NO HABLAR

ESTA HISTORIA SUCEDIÓ HACE MUCHOS AÑOS. En un pueblo escondido del norte del departamento de Boyacá, dos familias tradicionales de la región se enfrentaron por un pedacito de tierra.    Una era la familia Bustamante, conformada por ocho hijos varones, dos mujeres y cinco niños, que se dedicaban a sembrar papa, hortalizas y a elaborar artesanías para vender en el pueblo.

La otra era la familia Estupiñán que , como los Bustamantes, basaba su trabajo en la siembra de papa  y hortalizas. Esta se componía de siete mujeres, cuatro mujeres y tres niños, muy bien educados y trabajadores.

Normalmente estas dos familias eran muy unidas: celebraban juntas los cumpleaños, las primeras comuniones y las navidades; también dedicaban sus ratos libres a jugar y a conversar, mientras escuchaban los típicos bambucos del de la región 

Un día, Rosendo  Bustamante, el mayor  de la familias, fue al pueblo a vender varios bultos de papa y algunas artesanías que sus hermanas lograron terminar la noche anterior.
Después de hacer la venta, decidió entrar a una tienda a tomar gaseosa y pan de maíz. Ya terminada su merienda, cuando escuchó a algunos campesinos hablando mal de sus amigos, los Estupiñaán. Él decidió ocultarse para escuchar todo lo que decían:
___ Esa familia se está aprovechando de la bondad de los Bustamante. Se les están robando la tierra, ya han corrido la cerca sin permiso y dicen que pusieron la finca en venta
___ Si es cierto, yo también escuché lo mismo___ Replicó otro de los campesinos
___ Pobres Bustamantes, los dejaran en las ruinas___, finalizó una mujer que pasab cerca del lugar

Está información era en parte cierta,  porque los Estupiñán  si habían corrido la cerca unos pocos metros, pero solo con el propósito de permitir que un arroyo cercano pudiera crecer y fluir  mejor; esto beneficiaría a las dos familias, pues el ganado de las fincas tendría espacio para beber agua.
En verdad, ellos nunca robarían a sus vecinos, pues los querían como si fueran de su propia familia.

Rosendo , que no sabía la verdad, creyó todo lo que escuchó y se fue a la finca gritando toda clase de acusaciones falsas asus vecinos, quienes quisieron explicar la situación de muchas maneras, pero él no quiso escucharlos ni volvió a hablarles en muchos meses.

Hasta que, un día, uno de los jóvenes de la familia Estupiñán se cayó de su caballo justo en el límite de las dos fincas, y Rosendo Bustamante, que sabía algo de curaciones y medicina, lo ayudó a levantar y le salvó la vida. Mientra lo curaba tuvo la oportunidad de hablar con él y el joven le contó como habían sucedido las cosas y porque su padre había corrido un poco la cerca; también le aclaro que nunca habían pensado vender la finca y que todos en su casa estaban muy tristes por lo que había sucedido.

Rosendo se sintió muy apenado por su actitud frente a sus amigos, y lamentó no haberlos escuchados ni haber confiado en ellos . Entonces, sin pensarlo, fue hasta la casa vecina, aclaró las cosas y se comprometió a dialogar siempre que se presentara alguna dificultad, a confirmar lo que le dijeran de otros y a pensar mejor antes de tomar cualquier decisión. 

                                                                                                     Lizette Vargas


COMPLETA:
FAMILIAS                    INTEGRADAS POR                   DEDICADAS A:
BUSTAMANTES

ESTUPIÑÁN

No hay comentarios:

Publicar un comentario